11/4/14

¿Qué sientes?



Estaba pasando por un momento muy difícil de mi vida (el más difícil que jamás había pasado), y fui a hablar con quien yo sabía que me podía ayudar.
Empecé por decir que no me sentía bien (no sabía cómo describir lo que sentía, y peor, no sabía qué hacer, para dónde ir, ni hacía dónde correr, estaba sola) y la señora me dijo: ¿Y qué sientes? Esperando que yo supiese responder lo que me había preguntado, en la hora no supe bien que responder,  ¿sabe por qué? Porque NO SABÍA NI SIQUIERA LO QUE SENTÍA y nunca en medio de tantos conflictos internos que estaba teniendo me detuve a analizarme, a descubrirme, a saber qué me llevó a ese punto (hoy entiendo que saber esto facilita la resolución del problema).

Te diré algunos ejemplos que yo he visto que son más comunes, te regañan y enseguida comienzas a pensar cualquier cosa contra quien te regañó, te dan un consejo y en vez de agradecer prefieres pensar en no aceptar esa según tú “critica”, llevas años pensando que algo malo que constantemente viene a tu mente es apenas un mal pensamiento, cuando en realidad es un cáncer que esta allá en el fondo de tu corazón, un deseo, una codicia, una envidia, una malicia, la lascivia, los deseos carnales, gusto por ver pornografía, etc. (Si no vences esto un día caerás por esta piedra en tu camino).

Continúo con mi experiencia, cuando terminó la conversación con la señora, me sentí igual. Pero ese ¿y qué sientes? Martillaba mi cabeza y no sabía por qué ella me había preguntado eso, al día siguiente me detuve en mis quehaceres yo quería encontrar respuestas, me senté, pensé en base a aquella pregunta ¿qué siento?, obviamente en ese momento yo estaba resuelta a descubrir en mí sea lo que sea, no tenía miedo de descubrir algo, incluso si fuera algo vergonzoso, yo estaba dispuesta a asumirlo sin miedo a perder, en esa altura yo sólo quería acabar con la raíz de mis males, no me importaba lo que iban a decir de mí, sólo quería PAZ (cuando uno descubre qué es lo que en tu interior te hace sentir mal, amiga usted sentirá odio de aquello y se dispondrá a combatirlo hasta cambiar). Aquella pregunta era todo lo que yo necesitaba escuchar. Amo a esta señora que me hizo esta pregunta.

Fue entonces que las respuestas comenzaron a aclararse en mi cabeza, ME DESCUBRÍ y sólo entonces empecé una verdadera batalla dentro de mí, me coloqué en esta posición – “yo venzo esto o nunca dejaré de sentirme mal” . Yo no estaba dispuesta a hacerme la disimulada, a saber que algo extraño me sucedía y decir apenas “esta amarrado” y pretender seguir adelante de esa manera pero siempre sintiéndome mal.

DESCUBRIRTE A TI MISMA representa derribar tu castillo de naipes y construir uno con cimientes, columnas, estructura antisísmica, etc.

Cuando asumes la postura de descubrirte estás no apenas cuidando de ti, sino que además estás valorando lo que quieres llegar a ser, no por lo que haces sino por lo que quieres ser en tu interior.

Por otro lado cuando te descubres, cuando aprendes a conocerte, una vez venciendo tus debilidades podrás a través del conocimiento que ahora posees de lo que siente un ser humano, podrás ayudar a otros a vencer aquellas debilidades.

No tenga miedo de descubrir la basura que toda la vida, o desde hace algunos años, meses, días u horas vienes escondiendo (guardando) debajo de la alfombra, aquello que no se ve, pero que siempre está ahí.

No dejes que tus debilidades, aquello que se rastrea en tu interior que no sabes como describir acabe con tus sueños y te lleve a construir un castillo de naipes que allá adelante puede derrumbarse.

No importa si tu debilidad es una manía, malas costumbres o cosas peores como las que he mencionado anteriormente.